Estonia. Tallin

La ciudad vieja de Tallin conserva un aire medieval aunque muy orientada al turista. No en vano únicamente recibió dos bombas durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante el día, la Plaza del Ayuntamiento se llena de artesanos.  Por la noche, sin todo el bullicio de los turistas que vuelven a sus cruceros,  solo quedan en la plaza las terrazas de las cervecerías y restaurantes. Esos ultimos momentos del dia es donde se percibe mejor esta plaza.

Subiendo por la puetta de la doncella,  que realmente era la carcel de prostitutas, se llega a la zona alta (Toompea). Llegar al mirador de Patkuli para ver unas impresionantes vistas del Golfo de Tallin, la muralla y la Ciudad Vieja.

Para bajar, elegid la calle Pierna larga (Pikk Jalg) o la calle Pierna corta (Pikk Lühike). Donde comienzan anbas, se conserva en la muralla que separa la parte alta de la ciudad vieja una doble puerta que fue colocada por los burgueses y comerciantes de la parte baja para evitar que los nobles bajaran por las noches a "gozar" con toda impunidad de las esposas e hijas de estos. Es aquí donde se produce hoy en dia la simbólica entrega de llaves como símbolo de buena armonía.

Continuando en la bajada llegaréis a la calle Pikk. En el número 26, la curiosa casa del siglo XIV de la hermandad de jovenes comerciantes "Cabezas Negras" por ser su patrón San Mauricio.

Y entre paseo y paseo, no dejéis de entrar en algún restaurante estonio para probar su comida y su cerveza. Pero no pidais vino estonio. Es muy malo.